Del Diccionario de Pintores Españoles segunda mitad del siglo XX

“Ahedo. Pintora a la que hay que agradecer; ante todo, su irónico sentido de la realidad, ese aire zumbón que tan bien viene y que tanto eleva cuando es natural y salvífico, espontáneo y verdadero. No es que la pintora se burle de la vida, que si, sino que se burla de lo necia que es nuestra actitud ante la vida, que pareciendo lo mismo no lo es. La vida está ahí. Y nosotros en ella. Pero de este lado.

Implicarnos o no, es nuestro problema. No es que la vida sea complicada, es que la complicamos. Y para no complicarla, lo mejor desde los griegos a nuestros días es tomárnosla como viene, con espíritu alegre y gesto desenfadado, para no acabar siendo lo que Sartre definía como «pasiones inútiles».

¿Qué pinta Teresa Ahedo? A la mujer: Pero no a la mujer entregada, y sumisa, tonta y complaciente, sino a una mujer que por fin ha aprendido a valorar cuál es su valor en la escala de valores de esa cosa impredecible e indefinible que llamamos sociedad, y que precisamente por eso, porque se valora en lo que es y en lo que vale, y también en lo que no, actúa con una libertad y gracia y con un porqué que hace apenas unos años le faltaban. La mujer dueña de su destino. Una Eva renovada y renovadora, que ni se chupa el dedo ni se come la manzana ni la da a comer. Y si lo hace, es sabiendo lo que hace. Una Eva que se ríe del Árbol de la Vida y del Árbol del Bien y del Mal y del pecado original y de todos los pecados que no sean el pecado del pasar por la vida sin haberla aprovechado.

Teresa Ahedo pinta con gracia, lo que dicta mucho de afirmar que sea una pintora graciosa. Velázquez, por ejemplo, pintaba con gracia. Y Goya, también. A El Greco en cambio le faltaba esa virtud. Su pecaminosa carne siempre anda a vueltas con el infierno, oliendo a chamuscada antes, durante y después del pecado.

Teresa Ahedo es una pintora plena, que goza de una total posesión del artea que se entrega: el arte de la pintura, en el que tiene un sitio. Densa la pincelada, precioso, conciso y nervioso trazo, rico su mundo y sugerente su repertorio de formas, su figura y nombre merecen respeto y atento seguimiento.

Del “Diccionario de Pintores Españoles segunda mitad del siglo XX”

La entrada fue publicada en Domingo, noviembre 4th, 2007 a las 13:02 y en la categoría Bilbliografía. Puede ver las respuestas a esta entrada bajo el feed RSS 2.0. Puede dejar un comentario, o trackback desde su propia web.

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